La arquitecta María Eugenia Bielsa marcó dos hitos en la gestión de Alberto Fernández: No solo fue la primera ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat de la historia argentina, sino que también se convirtió en la primera funcionaria en abandonar el gabinete nacional. La salida de la santafesina se conoció este miércoles y en su reemplazo asumirá el intendente de la localidad bonaerense de Avellaneda, Jorge Ferraresi.
El nombramiento de Bielsa generó muchas expectativas al inicio del Gobierno porque significó la decisión de avanzar en un plan integral destinado a paliar el déficit habitacional que alcanza a 4 millones de viviendas en todo el territorio argentino. Sin embargo, los efectos de la pandemia del coronavirus, la lentitud en la ejecución de políticas que resolvieran los problemas de hábitat y su ausencia durante las tomas de terrenos en la provincia de Buenos Aires, llevaron al presidente Alberto Fernández a modificar la estrategia del área.
El Gobierno prepara para los próximos días un relanzamiento de gestión en donde buscará otorgarle a la cartera otra impronta, con un mayor protagonismo para el próximo año, en donde la construcción de viviendas y la obra pública tendrán un rol central en la reactivación económica.
Ferraresi será el elegido para esa tarea. Al intendente, que conduce el destino del partido de Avellaneda desde 2009, se le atribuye conocer como pocos el territorio bonaerense. Hace dos semanas, fue recibido en Casa Rosada por el jefe de gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, para conversar acerca de la compleja situación social que atraviesa la Provincia.
La gestión del jefe comunal mantiene un alto nivel de aprobación en el municipio en donde fue electo en tres oportunidades, la última con más del 60 por ciento de los votos. En el Gobierno consideran que por su despliegue territorial puede aportarle al ministerio una nueva dinámica.
Las políticas habitacionales de Ferraresi, hombre de confianza de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y vicepresidente del Instituto Patria, tomaron notoriedad a raíz del plan de contención que elaboró en Villa Azul en medio de la pandemia.
«Villa Azul es el lugar más injusto de la Argentina: en una vereda la gente vive urbanizada, con agua y cloacas, electricidad, gas natural, todos los servicios, luces de led, y del otro lado es la nada», explicaba el jefe comunal, en una entrevista a PáginaI12, en aquel momento.
En contraposición, Bielsa fue blanco de críticas por sus escasas apariciones públicas, sobre todo, en el marco de las tomas de tierras en la provincia de Buenos Aires. Su ausencia durante el conflicto de Guernica le valió a la funcionaria fuertes reproches fuera y dentro de la Casa Rosada.
La reacción tardía de la ministra frente a una situación que con el correr de los días escaló en gravedad y captó la atención de la opinión pública, fue señalada por lo bajo por sus compañeros de gabinete y por los intendentes del conurbano bonaerense que le reprocharon no haber tenido la vocación de acudir al territorio. El vasto perfil técnico no fue suficiente para sostenerla en el cargo.
Frente a un contexto social que colocó en el centro de la agenda política la necesidad de avanzar con mayor celeridad en políticas habitacionales, el otro foco de cuestionamiento a la funcionaria giró en torno al bajo nivel de ejecución del presupuesto asignado a la cartera.
De acuerdo a un informe elaborado por la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), que releva cómo se gastaron las partidas hasta fines de septiembre, Bielsa solamente ejecutó el 45 por ciento de lo asignado, mientras que la Administración Pública Nacional devengó en promedio el 68,1 por ciento.
La falta de acción de la cartera de Desarrollo Territorial quedó muy expuesta en comparación al resultado que otros ministerios obtuvieron a medida que avanzó la flexibilización de las actividades en el marco de la pandemia. Es el caso de Educación que ejecutó un 75 por ciento de lo asignado; Trabajo, Empleo y Seguridad Social, un 73,3 por ciento; Ciencia, Tecnología e Innovación, un 69,3 por ciento; Seguridad, un 71,7 por ciento; y Desarrollo Productivo, 65,7 por ciento.
Asimismo, recibió duras críticas por parte de las organizaciones nucleadas en la Mesa Nacional de Barrios Populares que le exigieron insistentemente que cumpla con las obras de emergencia acordadas.
«Denunciamos en varias oportunidades que la ministra no ejecutaba los recursos que comprometió el Banco Interamericano de Desarrollo para paliar, con obras concretas e insumos, los efectos de la pandemia en los barrios populares de la Argentina. Desde marzo se había comprometido a llegar con cuadrillas sanitarias y sociales a más de 33 mil familias en 20 provincias, y a pesar de la situación crítica de emergencia, nunca cumplió con su compromiso», señalaron a través de un comunicado.
Por este motivo, a fines de septiembre, el gobierno traspasó al ministerio de Desarrollo Social la tarea de urbanizar los 4400 barrios populares, retirándola de la órbita de Bielsa para encargársela a Daniel Arroyo.
En el cambio de nombres no pasa inadvertida la carta publicada por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en donde deslizó críticas hacia la gestión y marcó la presencia de «funcionarios que no funcionan«. Muchos interpretaron en estas líneas un dardo que apuntaba a la ministra.
Sin embargo, en el mismo documento la expresidenta dejó en claro que «el sistema de decisión en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el Presidente el que tome las decisiones de gobierno. Es el que saca, pone o mantiene funcionarios”. De esta forma, desestimó las voces que señalaban su incidencia en el diseño del gabinete nacional.
En los pasillos de Casa Rosada le reconocen a Bielsa la dificultad de haber edificado desde cero un ministerio que no existía y que a partir de ahora estiman será potenciado por Ferraresi. También señalan que era difícil evitar la comparación con la fuerte actividad que desarrolla el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, pero claro, advierten, que el funcionario tiene el ministerio armado y funcionando.
Ahora, el camino de la rosarina podría conducir a París. La oferta para que ocupe la embajada argentina ante la Unesco, cargo que quedó vacante tras el reciente fallecimiento de Pino Solanas, está sobre la mesa. Queda en la arquitecta la decisión de avanzar o no en ese nuevo proyecto.
Fuente: Página/12
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