Pasados los actos del 17 y el 27 de octubre, las mil interpretaciones de la carta de Cristina Kirchner y con el dólar dando al menos un respiro, el presidente Alberto Fernández volvió a levantar un mensaje de unidad de todos los sectores «para encarar juntos los problemas». «Es mucho más fácil construir juntos la Argentina que nos merecemos», remarcó al anunciar una importante inversión de la industria cervecera en Luján. En la Rosada decían que si algo estaba fuera de duda respecto a la carta de la vicepresidenta era que reafirmaba la validez del «estilo Alberto», como el momento para alguien que dialoga y que consigue acuerdos con todos. Que hay funcionarios que no funcionan y también objetivos de gestión que hoy dejaron de estar claros, en Gobierno dicen ser los primeros en saberlo. Lo saben y lo están trabajando, pero en medio permanece una pandemia que no da tregua y obliga a mantener cualquier relanzamiento en veremos.
La agenda semanal del Presidente siempre tiene una o dos visitas en plan de anuncios productivos, con la idea de mostrar una industria que se esfuerza en salir de la postración de «las dos pandemias», como pinta la situación el oficialismo. «Tenemos que entender todos los argentinos que tenemos trabajar muy juntos», dijo al mediodía, en Luján, en el anuncio de inversiones de la Compañía de Cervecerías Unidas -que produce varias de las marcas más conocidas como Heineken, Warsteiner o Schneider- por más de 4.500 millones de pesos, que permitirá duplicar su capacidad productiva en los próximos tres años y generará más de 550 puestos de trabajo.
Lo acompañaron el gobernador Axel Kicillof y los ministros Wado de Pedro y Matías Kulfas. También participaron un nutrido grupo de intendentes, empresarios y los embajadores de Chile y de Países Bajos, los países involucrados en el emprendimiento que va a contramano de la idea de un supuesto éxodo empresarial por la cuarentena. En Gobierno marcan que lo que existe es un reordenamiento de las firmas en todo el mundo debido a los cambios de consumo.
En paralelo, desde Presidencia se lanzó una campaña en las redes con spots bajo el lema «Reconstrucción Argentina» en el que se hace un repaso de lo realizado en estos meses de gestión en condiciones adversas. «Desde el primer día trabajamos para resolver los problemas de las argentinas y los argentinos. Unidos, hagamos el país que nos merecemos», es la idea sobre la que pivotea la campaña.
Quienes conversaron este miércoles con el Presidente comentaron que lo vieron, como es habitual en él, optimista. Las medidas adoptadas por el ministro de Economía, Martín Guzmán, sirvieron para al menos frenar la escalada de las diferentes cotizaciones del dólar, aunque coincidían que la situación estaba lejos de estar resuelta. Confiaban que la aprobación del Presupuesto -que se trataba anoche en Diputados- y el avance de las negociaciones con el FMI contribuirían a aportar calma en los próximos meses.
Eso era en lo relativo a lo económico, quedaba pendiente la cuestión política que varios dirigentes, incluso cercanos al Presidente, consideran que hay que ordenar de cara al año electoral. «Ya estamos en tiempo de descuento, ahora hay que poner la energía en que cada ministerio funcione y se trabaje con una guía definida. Tenemos que ordenar la política en función a la gestión de gobierno», comentaba, con algo de impaciencia, uno de los intendentes que compartió actividad ayer en Luján.
Respecto a la carta de Cristina Kirchner y sus mil lecturas, cerca de Fernández insistían en marcarla como un apoyo aunque al estilo de la vice, es decir, también marcando los puntos y tirando algunos mensajes. «No se puede pensar que evalúe dejar solo a Alberto, ella es muy inteligente y sabe que el Frente de Todos no tendría futuro con un Alberto dañado», comentaba un dirigente que conversó con ambos en la última semana. «Fue una manera de darle poder e insistir que no es una cuestión de formas sino de políticas. Así que le dé para adelante y haga lo que sabe que hay que hacer», agregaba.
En el rubro gabinete, en la Casa Rosada respondían que ellos mejor que nadie sabían qué ministerios funcionaban y cuáles no. La pandemia contribuyó a poner algunas falencias de relieve, potenciadas por las tradicionales pujas internas por sumar espacios de gestión. «Más allá de cambiar un nombre por otro, lo que está faltando son objetivos claros y que todos nos encolumnemos en esa dirección. Llámese relanzamiento o lo que sea», marcaba un dirigente bonaerense identificado con el Presidente.
En Gobierno decían ser plenamente conscientes de esta falencia provocada por el desgaste de estos meses, pero invitaban a mirar a Europa y el rebrote que se está viviendo en muchos países para entender las dificultades para trazar planes. «Obviamente que estamos trabajando para poner la gestión en clave política, porque las elecciones legislativas hay que ganarlas para validar todo lo hecho y gobernar con un Congreso mejor los dos años que quedan. Pero para eso hay que tener un horizonte más o menos claro y la vacuna todavía no tiene fecha cierta», advertían.
Fuente: Página/12
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