En medio del concierto de vacunas candidatas y los esfuerzos del gobierno por hacerse de las dosis necesarias para frenar la pandemia del coronavirus, el Ministerio de Salud encontró vencidas más de dos millones antigripales y 600 mil unidades de la triple. Se trata de dosis que la administración de Mauricio Macri nunca distribuyó a las provincias y a las que, por supuesto, nunca accedieron los argentinos. “Pueden existir remanentes de pequeñas cantidades, pero Rubinstein miente. Sencillamente hay más de 2 millones de antigripales que no distribuyeron; eso no es un sobrante, es una barbaridad”, dice Ginés González García. Y continúa: “además, encontramos una partida entera de 600 mil dosis de la triple bacteriana. En general se compra un poco más de un millón y es aplicada en los pibes menores de 11 y en las mujeres embarazadas. El embarque había llegado al país a fines de 2016, estuvo parado ocho meses en Aduana y de ahí la llevaron al depósito. Directamente fue un crimen, es una cosa que no me la puedo explicar, no hay lógica”. Ese año, precisamente, la vacunación de la triple bacteriana (difteria, tétanos, tos convulsa), descendió muchísimo en su cobertura, de un 85-90% pasó a un 60%. Además de las antigripales y la triple, se hallaron dosis de Prevenar 13 (para prevenir frente al neumococo), Sabin Oral (para la poliomielitis) y Anticólera, entre otras.
Estaban estacionadas en el frigorífico Oneto del barrio porteño de Constitución cuando podrían haber servido para prevenir las futuras infecciones en personas de edades tempranas. El costo total, según informaron fuentes de la cartera sanitaria, se estima en 1.400 millones de pesos. A ello hay que sumarle otros 19 millones de pesos por el almacenamiento y la destrucción del material que, por sus condiciones específicas, requiere de un procedimiento particular en el extranjero. Las vacunas fueron localizadas luego de que su área recibiera facturas del frigorífico que gestionaba el depósito.
Luego, el ministro apuntó contra la gestión macrista de la Salud. “Me gusta ocuparme de las vacunas del futuro, no de las que faltaron en el pasado. En el fondo está claro que a Macri y a Rubinstein no les importaba la salud de la gente. Lo paradójico es que nosotros nos estamos esforzando mucho para que Argentina pueda acceder a la vacuna para prevenir el coronavirus y el gobierno anterior guardaba las suyas en galpones. La diferencia entre un gobierno y otro es clara, a nosotros nos importa la gente”, sentenció. El viernes, el ministro tendrá una videoconferencia con representantes de Sinopharm, la empresa estatal de China para avanzar sobre el acuerdo para que la farmacéutica pueda realizar la Fase III de su variante en Argentina. Al respecto, González García adelantó: “Quiero asegurarme la provisión en cantidad y también en oportunidad, además de precio. Habrá una demanda enorme, por ello, hablamos con todos. Queremos tener la misma prioridad que el primer mundo”.
Durante el mandato macrista, Jorge Lemus y Adolfo Rubinstein se repartieron la gestión entre fines de 2015 y 2019 y administraron un área recortada. Al respecto del acontecimiento Rubinstein señaló que estaba “averiguando los detalles» y le tiró la pelota a Lemus, quien lo precedió en el cargo entre 2015 y 2017: «Esto fue en el 2015, 2016, hasta mediados del 2017. Es la gestión anterior a la mía”. El hallazgo de este nuevo lote de vacunas sirve para confirmar la falta de estrategia sanitaria de la gestión macrista. De hecho, durante el mandato precedente, la cartera fue degradada a Secretaría perdiendo su rango de Ministerio. Hoy el Ministerio de Salud y la Sindicatura General de la Nación iniciaron las acciones legales y elevaron los sumarios correspondientes.
Residuos químicos peligrosos
Es habitual que los gobiernos y que las empresas que se encargan de la fabricación de vacunas alquilen, o bien, dispongan de depósitos adecuados. Como deben conservarse a bajas temperaturas para no cortar la cadena de frío a la que deben mantenerse las sustancias, suelen apelar a la contratación de frigoríficos. Sin embargo, todo depende de la composición de la fórmula. La vacuna de la gripe, por ejemplo, requiere estar en un ambiente entre 4 y 8 grados, pero nunca debe ser congelada porque podría romper las moléculas que constituyen la sustancia activa del virus. Otras, como la Sabin, pueden permanecer a temperatura ambiente porque, generalmente, se guardan como “polvitos” que antes de ser utilizadas se disuelven en agua.
El almacenamiento, en esta ocasión, le costó al Estado más de 14 millones de pesos y el descarte, al ser un material considerado peligroso, costará otros 4 millones. Las sustancias de estas características no pueden ser desechadas de manera común y corriente. Las vacunas vencidas son consideradas “residuos químicos peligrosos”. Desde esta perspectiva, González García apunta: “Los residuos de estas características tienen una toxicidad muy alta. Demoramos un poco porque el proceso no se puede hacer en el país y debimos abrir una licitación internacional. Por las tecnologías que se emplean, sustancias que aquí faltan y hornos de alta temperatura, se encargará una empresa en Holanda”.
La mala costumbre de guardar vacunas
En diciembre de 2019 Ginés González García y su equipo habían localizado vacunas en un depósito ubicado en la Aduana de Ezeiza. Entre las dosis colectadas (12 millones), había 2 millones de la triple viral, que previene contra sarampión, rubéola y paperas. En ese caso, el importe por los insumos hallados trepaba a 83 millones de dólares. Habían sido retenidas porque no se había completado el pago de las tasas de aduana correspondientes. Para ello, el actual ministro había recurrido a un artilugio legal: al declarar la emergencia sanitaria podían saltearse ese pago e iniciar con la distribución de inmediato. Vale destacar que al mismo instrumento podría haber recurrido Mauricio Macri tan solo un mes antes cuando todavía era presidente.
En enero, el ministerio de Salud bonaerense conducido por Daniel Gollan, identificó un galpón similar en la localidad de Melchor Romero, La Plata. En aquella ocasión, fueron localizadas un total de 162 mil dosis de vacunas vencidas el mes anterior. De hecho, no solo habían superado la fecha límite para ser suministradas sino que tampoco se habían conservado en la temperatura adecuada. Según la auditoría, entre las dosis que se debían desechar se hallaron unidades para prevenir la poliomelitis, la doble viral (difteria y tétanos), la triple viral (sarampión, paperas y rubéola) y contra la hepatitis A y B. Según se puede advertir no existía mucha diferencia entre el plan sanitario que Mauricio Macri trazaba a nivel nacional y lo que María Eugenia Vidal pensaba para la provincia.
Entre 2018 y 2019, la asociación civil de Abogados por la Justicia Social (AJuS) advirtió que el gobierno macrista no cumplía con el calendario obligatorio y denunció penalmente a Adolfo Rubinstein. Hoy difundieron a través de sus redes: “El hallazgo además demuestra la responsabilidad de Rubinstein. Es necesaria una mayor contundencia de la Justicia frente a funcionarios como el ex secretario de Salud, quien puso en riesgo la salud de millones de argentinas y argentinos”. Y continúa: “Hoy nos enteramos de que muchas de las vacunas estaban tiradas en ese depósito y otras en la aduana. La gente desesperada pedía en los centros de vacunación dosis para sus hijos. Son y fueron criminales y esperemos que nunca más tengan la responsabilidad de administrar el Estado”.
Un gobierno que se va, una enfermedad que vuelve
En la actualidad, tal vez como nunca, resulta central advertir la importancia que requiere la vacunación. Cumplir con el calendario obligatorio suele ser clave porque es la única manera de conseguir la inmunidad colectiva para toda la sociedad. De lo contrario, los patógenos vuelven a circular y se torna factible que enfermedades que se creían erradicadas emerjan de nuevo. Es el caso del sarampión que, desde 1998 no ocasionaba ninguna muerte y que en 2016, tras eliminar la circulación endémica, había recibido el certificado de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como nación libre de la enfermedad. Entre agosto de 2019 y abril de 2020 se confirmaron 163 casos y una muerte.
Las vacunas representan una de las mejores tecnologías –tal vez la mejor– que ha inventado la humanidad para beneficiar las condiciones de su propia supervivencia. Si se revisaran las huellas de la historia sería muy fácil advertir que su contribución ha sido insoslayable en casos como la viruela o la polio. Sin embargo, a veces no parecen gozar del mismo prestigio que los medicamentos. Cuando una vacuna tiene éxito y previene la enfermedad no advertimos modificación alguna; nadie se entera porque el individuo continúa tan sano como antes. Los remedios llaman más la atención. Según estimaciones de Unicef, la vacunación masiva salva las vidas de 3 millones de niños por año. Sin embargo, más allá de que la enorme mayoría de la humanidad ha comprendido los beneficios de la vacunación para la erradicación de enfermedades gracias al aporte de evidencia, con la ciencia no alcanza. Hace falta voluntad política, algo que el macrismo no tenía.
Fuente: Página/12
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