Aunque mantiene un espeso silencio ante las novedades judiciales, Mauricio Macri está cada vez más preocupado por la causa por espionaje ilegal. O al menos eso denotan las voces que lo rodean. «Vienen por él», «es un ataque a Macri», son algunas de las frases que se escuchan en su entorno con respecto a las detenciones y al allanamiento a su secretario Darío Nieto, al que también le negaron la eximición de prisión. El ex presidente ya está preparando una estrategia legal con su abogado Pablo Lanusse, aunque de momento no se encuentra imputado en la causa. Hay quienes creen que primero irán por el ex secretario general de la Presidencia Fernando de Andreis. Si bien hasta ahora se mostraron unidos ante esta cuestión, quien empuja la defensa incondicional de ex presidente dentro del espacio es Patricia Bullrich junto al ala dura del PRO. Los dialoguistas la miran de lejos.
Macri respondió por primera vez a la causa judicial con un comunicado el domingo pasado en el que, junto a algunos dirigentes de Juntos por el Cambio, afirmó que la causa es un intento de desviar la atención de los casos de corrupción de funcionarios kirchneristas. «Un sector del oficialismo parece enfocado en enrarecer el clima político, con el aparente objetivo de conseguir la impunidad de ex funcionarios procesados o condenados por corrupción», decía el texto. Es lo que viene sosteniendo en privado hace tiempo: que la causa está «armada», que «plantaron» a familiares suyos, y que sirve para apuntarle a él nuevamente con el espionaje, como ocurrió cuando estuvo procesado en 2009 cuando era jefe de Gobierno.
El discurso sobre la persecusión política se intensificó en el círculo de Macri no solo con las medidas en la causa de espionaje sino con el llamado a indagatoria de tres ex ministros de Cambiemos por la causa de peajes. «Alberto venía diciendo que no iba a haber una persecusión política y la persecusión hoy es bastante notoria: fueron por tres ex ministros y luego irán seguramente por Mauricio», interpretaban en el ala «dialoguista» del PRO que tiende a mirar más a la distancia lo que sucede. De hecho, si bien sus principales referentes (Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal) firmaron el comunicado de Macri, quien empujó a diestra y siniestra para reunir las voluntades -incluso metiendo a alguno sin consultarle- fue Bullrich.
Y el ala dura es la que una y otra vez empuja para salir a defender al ex presidente. Bullrich amplió el planteo y salió a defender a conductores televisivos que podrían quedar implicados como consumidores de materiales del espionaje ilegal: «Sepan también que vamos a seguir defendiendo a los periodistas a los que hoy quieren convertir en espías», dijo la presidenta del PRO.
Cerca de Macri, hacen eje en la figura de Darío Nieto como víctima: dicen que eligieron a un «buen chico, humilde y trabajador». El ex secretario presidencial salió a hablar del tema con el diario La Nación y dijo: «Esto no es un ataque contra mí, es un ataque contra Mauricio Macri y contra Juntos por el Cambio, contra nuestros valores, nuestra libertad y la República». «Pongo las manos en el fuego por Macri. Yo en mi vida tuve una causa. Es la primera vez en mi vida que necesito un abogado», afirmó. Se solidarizaron con él otras dirigentes del ala dura, como la ex secretaria de Lucha contra la Corrupción Laura Alonso, quien aseguró: «La verdad siempre triunfa».
En el círculo más cercano a Macri evitaron hablar de la situación de Nieto en la causa («es un tema legal»), pero ya el ex presidente depositó la estrategia judicial y mediática en manos de su abogado Pablo Lanusse, que también es el abogado de Juntos por el Cambio. Algunas versiones indicaban que sería el vocero legal de Macri en esta cuestión. Este diario se comunicó con Lanusse, que prefirió no hacer declaraciones.
Los dirigentes que siguen cerca de Macri hablan de la causa como la primera estocada hacia el ex presidente. «Quieren atacar a Macri. No tengo dudas», decía un hombre que lo sigue tratando. E imaginan, por la dependencia funcional de quienes están siendo investigados, que el siguiente paso será avanzar sobre Fernando de Andreis, el ex secretario general de la Presidencia.
Incluso, la investigación judicial despertó especulaciones políticas sobre si Macri no debería ya comenzar a plantearse una candidatura a diputado el año próximo para tener fueros. Si bien hay quien fogonea esto, el ex presidente aún no tomó una decisión, habida cuenta de que no caería bien ni entre los radicales ni en los sectores cercanos a Larreta. De todas formas, en plena pandemia, se trata de especulaciones que todavía están lejos de llegar a concretarse.
Fuente: Página/12, 2/7/020
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