Sin público, con el presidente por videoconferencia y bajo medidas de distanciamiento, Rosario tuvo un festejo atípico. «Belgrano me inspira la idea de que los argentinos podemos hacer un país mejor», dijo el presidente desde Olivos.
Con los discursos del presidente Alberto Fernández, el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin, el Día de la Bandera más atípico de los últimos tiempos ofreció un nuevo formato (obligado) de videoconferencia, mucha niebla de entrada y un cierre sobre el mediodía, sin feria popular ni asado a la estaca. Si bien la fecha fue muy especial por conmemorarse el bicentenario del paso a la inmortalidad de Manuel Belgrano, la jornada no quedará en la historia sólo por la fecha emblemática, sino por el contexto en el que se desarrolló.
Pasadas las 9, la niebla dejaba ver el Monumento únicamente desde la explanada, ya que si se lo miraba desde la plaza Arabe (a metros de Rioja y 1º de Mayo) o desde el Parque Nacional a la Bandera, la bruma lo partía a la mitad. La misma explanada, que tantas veces se vio repleta de gente en otros 20 de junio, era barrida de a poco por una persona de mantenimiento y recorrida por otra de la organización del acto.
Fue difícil y hasta un poco injusto reclamar algo de color para esta fecha, sobre todo por el contexto. Pero, entre el izamiento (alrededor de las 9) y un rato antes del inicio formal del acto oficial (pasadas las 11), la quietud en la zona era total, casi como un feriado más. El silencio se rompió por poco más de un minuto: un hombre se paró frente al busto de Manuel Belgrano para cantar el himno.
Antes de que el acto arrancara, se escucharon violines en la prueba de sonido, mezclados con bombos de familiares y amigos de Carlos «Bocacha» Orellano (el joven hallado muerto en el río Paraná en febrero), quienes estaban en el pasaje Juramento. Su papá, Edgardo, entregó un petitorio en mano al intendente y al ministro de Gobierno, Justicia, Derechos Humanos y Diversidad provincial, Esteban Borgonovo.
Junto a familiares de Walter Mena (asesinado en 2016) y Franco Hueso (hallado sin vida en un camino rural de Roldán hace dos semanas), pidieron intervenir la Justicia de la provincia «porque esto, así, no va más», señaló Edgardo.
Los discursos arrancaron por videoconferencia y con un pase de lista. El presidente Alberto Fernández, desde la residencia de Olivos, nombró a los 31 chicos que estaban conectados en distintos distritos del país, y cada uno de ellos respondió con un «presente».
Durante el discurso, Fernández resaltó la figura de Belgrano: «Este es un tiempo singular de la Argentina, asediada por la pandemia y castigada por la desigualdad y el olvido al que han sido condenados millones de argentinos».
«Belgrano me inspira la idea de que los argentinos podemos pensar en la utopía de hacer un país mejor. Los que debemos hacerlo somos nosotros y los que deben cuidarlo son los niños y niñas de esta patria, los que merecen vivir con más igualdad», agregó, entre otros conceptos.
La transmisión no tuvo sobresaltos, aunque hubo sorpresa cuando terminó de hablar el presidente y le pasó la posta a Perotti (a Javkin no lo nombró). En ese momento, la TV Pública decidió cortar la transmisión, dejando de lado las palabras del gobernador y el intendente.
Festejo y distancia social
El intendente habló después de Fernández y mencionó sobre Belgrano: «Fue un hombre que encarnó el fervor de la revolución cuando fue preciso y la calma de la paz cuando hizo falta. Un argentino que enarboló como ningún otro una idea y una palabra que nos sigue haciendo falta: unión».
«Creo que todos recordaremos este 20 de junio de 2020 como el del bicentenario de la ida de nuestro gran hombre, y también el de la incertidumbre, la boca cubierta y la distancia social», consideró.
No dejó de lado a María Catalina Echevarría, ya que «sin ella, sin sus manos y su voluntad, no hubiésemos tenido nada. Su nombre no es muy conocido, pero ya es hora de que la honremos. Cada vez que veamos la insignia que el hombre nos legó, tenemos el deber histórico de pensar en esa mujer».
«Hay quienes dejan una marca tan fuerte que no importa si se fueron hace dos siglos, parece que todavía están ahí diciéndonos qué hacer para ser mejores», completó.
Más política fue la intervención del gobernador, quien cerró los discursos preguntándose «qué nos diría Belgrano si pudiéramos hoy pedirle un consejo, unas palabras, que nos ayuden a encontrar respuestas y un horizonte».
Mencionó a la pandemia — «el virus todavía es una amenaza real»— y remató: «La salud y el trabajo se degradaron tanto que hasta dejaron de tener ministerios. En la provincia, la educación nunca tuvo el nivel de conectividad para estar al alcance de todos. La pandemia nos mostró esta injusticia cuando tuvimos que mandar a nuestros hijos a estudiar a casa».
rodeados de pantallas. La celebración central comenzó en Buenos Aires y tuvo su cierre en el Propileo, con las autoridades locales.
Protestas y manifestaciones
Hubo tres movilizaciones en los alrededores del Monumento Nacional a la Bandera; algunas durante el izamiento, otras mientras se desarrollaba el acto oficial. Además de los familiares y amigos de «Bocacha» Orellano, trabajadores de aplicaciones de delivery se manifestaron contra la precarización laboral. Entre el izamiento y el acto oficial, Javkin dialogó con ellos y antes de que comiencen los discursos, se desconcentraron. Sobre las 10.30, llegaron manifestantes en contra del aborto que prendieron bengalas azules, se quedaron sobre calle Córdoba hasta que culminó el acto y, luego, se movilizaron hasta la explanada.
Fuente: La Capital
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