Roberto Lavagna acaba de confirmar que no piensa inmiscuirse en la interna de Alternativa Federal. Se verá cuánto dura su decisión. Lo más probable es que esta anoche o mañana se rectifique nuevamente. ¿Qué le sucede al ex ministro de Economía? Porque no se trata de un dirigente improvisado. Todo lo contrario. Cuenta con una vasta experiencia en el manejo de los resortes del Estado y goza de una buena imagen en Argentina y en el exterior. Su último protagonismo político tuvo lugar en las elecciones presidenciales de 2007. Secundado por Gerardo Morales sacó la suficiente cantidad de votos para impedir que Elisa Carrió le dispute a CFK mano a mano la presidencia en el balotaje. Ese 17% que obtuvo fue funcional a los intereses políticos del kirchnerismo.
¿Puede repetirse la historia? ¿Está jugando Lavagna otra vez a favor del kirchnerismo? Él viene jurando y perjurando que quiere conducir una fuerza política que nada tenga que ver ni con el macrismo ni con el kirchnerismo. Lo mismo viene manifestando Massa desde tiempos inmemoriales. ¿Por qué entonces ambos no compiten en unas PASO? Daría la impresión de que no quieren arriesgarse, quizá porque las encuestas marcan una notoria paridad en la intención de voto de ambos dirigentes. Los dos hacen un culto a la ambigüedad. Lavagna primero dijo que no a la propuesta de participar en las PASO de Alternativa Federal pero que el diálogo continuaba, luego manifestó que no quería saber más nada con dicho espacio, horas más tarde enfatizó que no había cortado el vínculo con Schiaretti y compañía, y ahora nos desayunamos con estas flamantes declaraciones. Que sí, que no, que tal vez… Por su parte, Sergio Massa viene repiqueteando desde hace unos días con la idea de aglutinar a toda la oposición en un mismo espacio, es decir acepta convivir con CFK. Antes no pensaba lo mismo.
Según lo marcan las encuestas y lo afirman varios de los columnistas políticos más destacados del país, la candidatura de Lavagna podría ser perjudicial para el Gobierno. En efecto, podría suceder que un buen porcentaje de quienes, habiendo apoyado a Macri en 2015 y 2017, hoy se sienten decepcionados podrían inclinarse por don Roberto en las presidenciales que se avecinan. Serían sectores medios muy perjudicados por la situación económica. En consecuencia, lo mejor para Cambiemos sería que el ex ministro de Economía participe en las PASO de Alternativa Federal para que se diluya su figura a raíz de su casi segura derrota.
A veces pareciera que Lavagna pretende robarle el protagonismo al otro gran competidor, al menos por ahora, de Alternativa Federal: Sergio Massa. El tigrense es tan ambiguo como don Roberto. ¿Qué hará finalmente? Nadie lo sabe. Si participa en el espacio de Alternativa Federal emergerá como su candidato a la presidencia. Es lo que ansía el gobierno ya que de esa forma podría recrearse el escenario electoral de 2015 previo a la primera vuelta. Pero si decide aliarse con el kirchnerismo le asestaría un golpe mortal a Macri. Si en los próximos días Alberto Fernández y Sergio Massa aparecen juntos ante las cámaras de televisión anunciando el primero la incorporación a ese espacio político del segundo, las posibilidades de reelección de Macri se esfumarán.
Por ahora así está el escenario electoral. Macri sería el candidato de Cambiemos. En Unidad Ciudadana/PJ competirían Alberto Fernández y Daniel Scioli. En Alternativa Federal competirían Massa y Urtubey. Roberto Lavagna quedaría como el referente de una alianza conformada mayoritariamente por el socialismo santafesino, Stolbizer y los radicales enojados con Macri.
Hoy el escenario electoral tiene que ser analizado en potencial, demostración elocuente de la decadencia política de la Argentina.
El Pingüino
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