Ismael Ramirez. Tenía solo 13 años. Ni siquiera había entrado a la adolescencia cuando una bala asesina le quitó la vida. Según relata su hermana Ivana, Ismael estaba pasando por un supermercado chaqueño (El Impulso, situado en Barrio Obrero, provincia de Chaco) justo cuando se estaba produciendo el saqueo y que una bala que pertenecía a una escopeta o “tumbera” le destrozó el tórax. ¿Fue la policía? ¿Fueron vecinos que repelieron a balazos el saqueo al supermercado? La justicia tendrá la última palabra. Hasta ahora, lo cierto es que un nene perdió la vida y, lamentablemente, otro pequeño, herido con un balazo en el ojo, acaba de irse de esta vida hace pocas horas.
Según el fiscal Marcelo Soto el proyectil extraído del pecho de Ismael es un arma de fabricación casera, lo que aleja la posibilidad de que algún uniformado hubiera efectuado el disparo mortal. También confirmó la presencia de varios vecinos armados para repeler a quienes intentaban robar mercadería del supermercado. Domingo Peppo, gobernador del Chaco, afirmó lo siguiente: “Quiero comunicar a toda la comunidad de Sáenz Peña, que ante los hechos ocurridos dispuse a las fuerzas una rápida intervención, con refuerzos para prevenir cualquier situación”. Y aclaró que había decidido ordenar “una profunda investigación sobre el hecho lamentable de la pérdida de una vida”. Por su parte, Carlos Barsesa, ministro de Seguridad, consideró que no se trató de un hecho espontáneo ya que, según la información de que disponía, el saqueo había sido convocado por audio de WhatsApp (Fuente: Página/12, edición del 5 de septiembre de 2018).
Una vez más quedó dramáticamente de manifiesto que las políticas de ajuste terminan en caos y violencia. Lo acontecido en ese supermercado chaqueño puso al descubierto el rostro humano de la devaluación, los tarifazos, el desempleo. El ajuste permanente implica hambre permanente. Y el hambre permanente es la antesala de la violencia social. Cuesta creer que los argentinos aún no hayamos aprendido esa lección. En plena democracia se produjeron dos hechos terribles que pareciera quedaron en el olvido colectivo. En las postrimerías del gobierno de Raúl Alfonsín se desató la hiperinflación. Los precios de los productos aumentaban diariamente. La plata se evaporaba. El dólar se había tornado incontrolable. En plena etapa electoral tuvieron lugar los saqueos, probablemente organizados. Se montó un escenario de caos social y económico que fue demasiado para don Raúl. Cuando le hizo entrega a Carlos Menem de la banda presidencial-8 de julio de 1989-la inflación orillaba el 200% mensual.
En el invierno de 2001 el superministro de Economía Domingo Felipe Cavallo impuso el déficit 0. Consecuencia: fueron recortados en un 13% los sueldos estatales, las jubilaciones y las pensiones. En octubre Fernando de la Rúa sufrió una estrepitosa derrota en las urnas y al poco tiempo el FMI le bajó definitivamente el pulgar. El gobierno aliancista se había quedado sin financiamiento externo. Mientras tanto, la fuga de capitales era incontrolable, el riesgo país subía y subía, y el peligro de un colapso del sistema bancario era muy real. Desesperado ante semejante situación Cavallo impuso el corralito, echando más leña al fuego. El país se transformó en un gigantesco polvorín. El 19 de diciembre tuvieron lugar diversos saqueos, la mayoría de ellos en el conurbano bonaerense. De la Rúa respondió imponiendo el estado de sitio. A las pocas horas se produjo el histórico cacerolazo que terminó con su gobierno.
Conviene tener presente estos hechos porque nos ayuda a comprender lo que estamos viviendo en la Argentina de Mauricio Macri. A mi entender, la presidencia de Macri se parece en algunos aspectos a las presidencias mencionadas precedentemente. Respecto a la presidencia de Alfonsín, Macri también se muestra impotente para controlar al dólar y, en consecuencia, la inflación. Alfonsín supo lo que era la hiperinflación. ¿También lo sabrá Macri? Y respecto a la presidencia de De la Rúa, Macri se le parece cada vez más. Al igual que don Fernando, Macri se muestra como ido, como viviendo en un mundo virtual. Pareciera que no es consciente de la gravedad de los problemas que tiene que afrontar.
Emerge entonces la pregunta que supongo todos nos estamos formulando por estas difíciles horas: ¿terminará Macri como Alfonsín y De la Rúa? Es de esperar que por el bien de todos nosotros y de la democracia recuperada en 1983, le entregue el 10 de diciembre de 2019, aunque sea en silla de ruedas, la banda presidencial a quien fue elegido por el pueblo como su sucesor.
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