Por El Pingüino
Todas las encuestas son coincidentes: la inseguridad es el tema que más preocupa a la sociedad. Santa Fe no es una excepción. Rosario es hoy por hoy una de las ciudades más violentas del país y la provincia está a merced del narcotráfico. No sorprende que los candidatos con más chances de acceder a la gobernación el próximo 14 de junio hablen continuamente sobre este flagelo.
En su edición del domingo 10, La Capital publicó dos entrevistas a Omar Perotti y Miguel Lifschitz donde ambos centraron su atención en la inseguridad. Dijo el candidato del FPV: “En 2011 se nos criticó porque fue el eje de nuestra campaña, pero la situación se fue agravando, hasta convertirse hoy Santa Fe en la provincia más violenta del país”. “El gobierno provincial deja una herencia muy pesada; un jefe de policía preso, una buena parte de la fuerza involucrada en los delitos más graves que se cometen y una tasa de homicidios que quintuplica la media nacional” (…) “la policía es parte del problema, pero también es la solución. La policía santafesina cuenta con 20 mil efectivos, pero no todos son corruptos; hay un gran porcentaje que espera ser conducido hacia un destino de mayor transparencia que lo reconcilie con la sociedad”. “Cuando hay crisis tenemos que concentrar recursos; no sirve desmembrar la fuerza en una policía táctica, otra comunitaria, el 911…hay que tener una sola policía fuerte, conducida por su gobernador, que trabaje cerca de la gente y, sobre todo, que esté en la calle, que sea un recurso al que el ciudadano pueda recurrir fácilmente y encuentre respuestas eficaces y concretas a un problema cotidiano. A su vez, tenemos que dotar a esa policía de recursos, capacitarla, brindarle tecnología y aumentar su sueldo”. Perotti da en la tecla cuando considera que la policía tiene que ser parte de la solución y no parte del problema. La fuerza policial, según lo consideran los expertos, tiene que estar bajo la conducción única del gobernador quien, a su vez, tiene que estar consustanciado con los valores que hacen a la esencia del buen policía, es decir, la honestidad y el sacrificio. El tema sueldos es fundamental ya que si el policía gana una miseria corre serio riesgo de transformarse en presa fácil del delito o del narcotráfico. La tarea policial es muy ardua y difícil y debe recibir la remuneración que corresponde. Los policías no pueden recibir sueldos de hambre. Además, es vital que se reconcilien con el pueblo, que vuelvan a ser los genuinos guardianes de todos nosotros.
Por su parte, Lifschiz expresó: “Tengo un plan de acciones muy específicas para aplicar en el cortísimo plazo con la finalidad de retrotraer esa realidad. Hay que concretar un inmediato llamado a los tres poderes del Estado para unificar propuestas y encarar la lucha contra la inseguridad y el narcotráfico. Una iniciativa que incluirá reformas de leyes y un ajuste en la estructura policial y la norma que la rige. Y, fundamentalmente, hay que alambrar la provincia. Evidentemente no existe una planificación nacional para frenar al narcotráfico, razón por la cual el próximo gobierno desarrollará una estrategia de blindaje del territorio santafesino, controlando exhaustivamente, con tecnología y recursos humanos acordes, los ingresos fluviales y terrestres. Si bien es una responsabilidad que no nos compete, frente a la vacancia hay que dar un paso adelante”. Resulta muy razonable lo dicho por Lifschitz pero hay un problema que el ex intendente rosarino omite: él viene siendo parte del gobierno socialista desde el principio. Si notaron la vacante, ¿por qué no alambraron la provincia desde el comienzo? ¿Por qué esperaron 8 años para darse cuenta de la indefensión de Santa Fe? Primero Binner y luego Bonfatti jamás le encontraron la vuelta al flagelo de la inseguridad ya sea por complicidad o negligencia, o por ambas. Hay cuestiones que resultan inexplicables, como la designación al frente de la policía de la provincia de un policía que hoy está preso y la hasta hoy impune balacera al domicilio de Bonfatti. Como será de delicada la cuestión que la propia intendenta Mónica Fein acaba de reconocer que piensa pedir al gobierno nacional 2500 policías más y el regreso de Gendarmería para combatir la inseguridad. Tácito reconocimiento de la incapacidad de la policía santafesina para hacerse cargo del asunto. La inacción socialista en esta materia ha sido por demás evidente, rayana en la irresponsabilidad institucional. Tal es la inacción del gobierno provincial que invita a sospechar de corrupción. El narcotráfico no invade un territorio si las autoridades correspondientes lo alambran. De ahí que resulte perfectamente comprensible el fastidio de la sociedad santafesina, fastidio que se volcó en las urnas el pasado 19 de abril y que puede volcarse el próximo 14 de junio si el socialismo no reacciona. Ahora bien, si no reaccionó en los últimos ocho años, ¿lo hará cuando resta un mes para la elección a gobernador?
Más historias
La dramática y fascinante historia argentina Lo que nos pasó a partir del 25 de mayo de 1810
La dramática y fascinante historia argentina Lo que nos pasó a partir del 25 de mayo de 1810
La dramática y fascinante historia argentina Lo que nos pasó a partir del 25 de mayo de 1810