El precandidato a intendente del FJPV, Roberto Sukerman, tildó a la gestión de la intendenta como “la peor del 83 a esta parte”.
El precandidato a intendente del Frente Justicia para la Victoria (FJpV), Roberto Sukerman, no titubea a la hora de criticar al gobierno encabezado por Mónica Fein. Cree que la gestión de la intendenta está “agotada” y la califica como “la peor del 83 a esta parte”. Además, la acusa de haber “boicoteado todas las políticas de inclusión del gobierno nacional”, y de de no hacerse “cargo del narcotráfico ni de la inseguridad”.
El concejal kirchnerista pone como ejemplo de su manera de gestionar el paso que tuvo por la Ansés (2009-2011), organismo al que dice haber “dado vuelta”. Confía en el recuerdo que queda de aquella gestión, y propone gestionar en Buenos Aires recursos y programas para, entre otras cosas, “reconstruir el tejido social” de Rosario y “trabajar en políticas de inclusión”, si resulta electo intendente.
“Yo me podría haber quedado en la Ansés –reflexionó Sukerman en medio del diálogo con El Ciudadano–, donde me sentía sumamente útil y además realizaba una tarea hermosa, de inclusión social, con políticas de seguridad social que el gobierno nacional, a partir de Néstor y Cristina, desplegó y sigue desplegando. Yo era muy feliz en la Ansés. Me iba a dormir y sentía que le había solucionado problemas concretos a las personas”.
—Pero en el medio de todo eso, en 2011 decidió pelear por entrar al Concejo.
—El hecho de querer ser concejal en realidad tenía un doble sentido. Uno era que no hay nada como la legitimación del electorado. Y yo saqué 74 mil votos en las primarias y 120 mil en la general, en 2011. Fui el concejal más votado de todas las listas en las primarias. Y claramente me votaron por las políticas públicas del gobierno nacional de inclusión social y por mi gestión en la Ansés. Además, la función de concejal me permitía involucrarme con los problemas que son de competencia municipal. Porque yo iba absolutamente a todos los barrios, iba a entregar netbooks a las escuelas, iba a recorrer la ciudad, pero siempre desde la Ansés.
—Usted dice que lo votaron por las políticas del gobierno nacional. ¿Cómo se aplicarían en Rosario?
—El horizonte de la gestión es generar una sociedad más equilibrada, una ciudad donde uno atienda las urgencias, que hoy son narcotráfico e inseguridad, que las personas que peor viven puedan vivir dignamente, que podamos urbanizar a los barrios donde hay asentamientos irregulares y personas que viven en condiciones infrahumanas, donde cualquiera de nosotros no podría estar un día. Políticas de inclusión en general: tratamiento de adicciones, deportes, restablecer los lazos sociales.
—¿Qué implica restablecer los lazos sociales?
—El socialismo se encargó de romper todo el tejido social. En los barrios, no hay conexión entre la escuela, el centro de salud, la parroquia, el club, la vecinal y el resto de las instituciones; trabajan cada uno por su lado. Hay que volver a generar ese tejido social, para que el chico que va a una escuela y tiene algún problema pueda, en uno de los puntos donde esa familia se relaciona, tener ese nivel de contacto para poder resolverlo. Si va una madre golpeada a un centro de salud, la escuela tiene que estar enterada. Y si va a una parroquia tiene que estar enterada. Si no hay información, ¿cómo hacemos para generar los vínculos? Hay que volver e regenerar el tejido social que está absolutamente roto, y que el socialismo no hizo nada para regenerarlo.
—¿Nada?
—Por el contrario, el gobierno local boicoteó todas las políticas de inclusión del gobierno nacional. Yo lo viví en la Ansés y lo viví como concejal. La Municipalidad no puso un metro cuadrado de tierra para el Procrear. Todas las familias jóvenes se tuvieron que ir a vivir a las localidades vecinas. Expulsan a los jóvenes. Pero también expulsan a las industrias, porque las industrias no tienen infraestructura en la ciudad. Se van grandes contribuyentes, se va la mano de obra, se va la inversión. ¿Cuál es el modelo de ciudad? Yo ya presenté el proyecto para crear la Casa Rosario en Capital Federal, con un equipo técnico que esté todos los días gestionando ante el gobierno nacional programas, proyectos, subsidios, financiamiento, de cosas que quiere Rosario, no de las que le mandan de Buenos Aires. Porque la ampliación de la red de gas, o el tren, no son proyectos del municipio. Vienen por la provincia o por la Nación. Necesitamos un intendente presente.
—Al peronismo le ha costado transformarse en alternativa electoral. ¿Qué diferencia ve con elecciones anteriores?
—Que hay una gestión absolutamente agotada. Una gestión que no tiene reacción, no tiene iniciativa. Si no fuera por el apoyo que recibió del gobierno nacional y del gobierno provincial, Fein no terminaba su mandato. Y además creo que a la intendenta la van a recordar por lo mal que vivimos en estos años. La autoestima del rosarino cayó veinte puntos del 2011 al 2015. Era la ciudad que tenía mayor autoestima del país. Vos salís de la ciudad y te preguntan “¿qué pasa en Rosario?”. Y no es que nosotros la estigmatizamos, la peor estigmatización es no reconocer los problemas. Y la intendenta no se hace cargo de los problemas que más nos preocupan. No se hace cargo del narcotráfico ni de la inseguridad, más allá de que no pueda resolverlo sólo ella. Pero, ¿por qué no avanzamos en una policía municipal que dependa del intendente, que yo propuse hace más de dos años? Porque está claro que esta es la peor gestión del 83 a esta parte.
“Triple empate técnico”
Cuando se le pregunta por las encuestas que maneja, a casi un mes de las Paso, Sukerman responde: “Hay un triple empate técnico entre la intendenta, Anita Martínez (PRO) y yo. Hay distintos porcentajes de acuerdo a las encuestas y no es lo mismo si uno suma al candidato o al Frente. Porque en el caso de Fein suma a Pablo Javkin y yo sumo los votos de (Fernando) Rosúa, aunque el PRO tiene una sola candidata. Si sumamos, está el Frente Progresista, el Frente para la Victoria y después está el PRO. Así estamos en las encuestas. Es todo muy parejo y no se están moviendo demasiado los números”.
“Yo tengo una historia de vida de superar desafíos”
Roberto Sukerman se enorgullece de las adversidades que pudo superar en la vida: “Yo tengo una historia de vida de superar desafíos. Me falta una mano desde que nací, pero jugué al tenis, y me dediqué a escribir, todo con una sola mano. Por eso el slogan nuestro es «Superar los Desafíos». Porque yo pude superar los desafíos personales y he ayudado a superar desafíos colectivos, por esta frase de Santo Tomás que usaba Juan Domingo Perón: «Nadie se realiza en una sociedad que no se realiza»”.
Cuando él tenía un año llegó el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, y su padre se quedó sin trabajo por partida doble: tuvo que abandonar su cargo en el último gobierno peronista que tuvo la ciudad y también debió alejarse de la cátedra de Teoría Política que ocupaba en la Facultad de Derecho.
Sus padres se apartaron de la militancia, incluso después de la vuelta de la democracia, pero Sukerman dice: “La política siempre fue importante en la familia”.
Después de lidiar en el Superior de Comercio con un joven Pablo Javkin, llegó el tiempo de la universidad en la carrera de Derecho. Eran los 90, en épocas del menemismo, y no quiso saber nada con la militancia. Su manera de “involucrarse con las cuestiones públicas” fue la docencia en la Facultad, en 1995, cuando todavía no había cumplido 20 años”.
Especialista en Derecho Constitucional, titular de esa cátedra en la UNR, tuvo la posibilidad de ser asesor en la Defensoría del Pueblo y en la Oficina del Consumidor.
También se hizo conocido en los medios, donde era referente de consulta y donde publicaba sus escritos y tenía frecuentes participaciones.
Sukerman se inició en la política como técnico, cuando Agustín Rossi lo convocó para que lo asesorara durante su primer mandato como diputado nacional, de 2005 a 2009.
“Fue un trabajo extraordinario. Tuve la posibilidad de intervenir en la redacción de leyes como la expropiación de Aerolíneas Argentinas, la estatización de las AFJP, la ley de Medios, la reforma política, reforma del Consejo de la Magistratura, el desafuero de (Luis Abelardo) Patti”, recordó.
“Con el correr del tiempo –agregó– me dí cuenta de que era el lugar en el que yo quería estar. Me sentía identificado ideológicamente, estaba identificado con las políticas nacionales y después me di cuenta de que no quería ser un técnico toda la vida y quería dar el salto a la política, y surgió la posibilidad de ir a la Ansés”.
“Cuando llegué –recuerda con orgullo– había cuatro cuadras de cola todos los días. Entré al mes de la (implementación de la) Asignación Universal por Hijo y me fui cuando juré como concejal. A la Ansés la revolucioné. La dí vuelta. Eliminé las colas, empezamos a atender hasta las cinco de la tarde, íbamos todos los días a un barrio distinto. De hecho, nadie recuerda a otro jefe de la Ansés”.
FUENTE: EL CIUDADANO
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