Quienes más, quienes menos, hemos intentado convencernos que todos los afiliados al peronismo santafesino tenemos el mismo compromiso con nuestra doctrina y el mismo empeño en consolidar una propuesta electoral. Pésima estrategia política tan inverosímil.
Harta de los operativos «clamor» y de los grandes electores que descuidan sus votos valorando solamente su discutida integridad, saludo la decisión de Carlos Alberto Reutemann de abandonar el Partido Justicialista por el PRO. La historia reciente da cuenta del compromiso del Lole con los ciudadanos de nuestra provincia durante el menemismo, el delarruísmo y el kirchnerismo.
En la década de los 90, la economía de servicios destruía, negreaba y atrapaba trabajadores en su lógica de estado sin compromiso ni ciudadanos; el PJ santafesino era presidido por nuestro actual senador. ¿Cuáles políticas activas promovió? ¿Alguien vio al entonces máximo dirigente provincial y elector de masas como lo fue – altamente reconocido por el voto popular en dos oportunidades como gobernador- recorriendo ollas populares, o hablándole a los hombres que debían sostener su empleo sin derechos laborales o los que debían refugiarse tras el trabajo pauperizado de sus mujeres?
¿Quiénes defendieron a los empleados y jubilados estatales en Santa Fe cuando se les recortó el 13 por ciento de sus haberes? ¿Y los pobres presupuestos provinciales para salud, educación y acceso a derechos? Sólo comedores. Asistencialismo máximo para carentes de cualquier derecho.
¿Y el desguace de la EPE y las ventas ignominiosas de DIPOS y el Banco de Santa Fe? Dinero de todos para los bolsillos de empresarios consagrados a sus negocios y nula solidaridad con el estado que reconoce y restituye. Estos fueron los sucesos en las etapas de Menem y De La Rúa.
La reconstrucción de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández – y no me vengan con las pavadas de que el kirchnerismo no es peronismo- , lo encontró a Reutemann votando cada una de las iniciativas presidenciales. Hasta la resolución 125. Es decir, cuando el poder debe dirimir acerca de la distribución de ingresos y la ampliación de derechos, emerge el célebre concepto del gran Groucho Marx: «Estos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros». El problema es que Lole siempre tuvo los otros.
Los peronistas defendemos las libertades, los principios y los compromisos. El Lole quedó libre.
FUENTE: ROSARIO 12 .Por Norma López – Vicepresidenta primera del Concejo. Frente para la Victoria.
Más historias
El tren volvió a 79 localidades por las que no pasaba: 3 millones de personas conectadas
Elecciones en Rosario: los barrios que le dieron la victoria a Pablo Javkin y los de Juan Monteverde
«La escuela pública es una fábrica de futuro»