Por El Pingüino
La provincia de Santa Fe es el tercer distrito electoral más importante del país. De ahí la relevancia de los comicios que tendrán lugar este año, marcado por las presidenciales de octubre.
La gobernación es la presa más codiciada y hay tres fuerzas que la pretenden capturar: El Frente Progresista Cívico y Social, el PRO y el Frente para la Victoria. En el oficialismo competirán en las PASO la fórmula integrada por el ex intendente de Rosario y actual senador provincial, Miguel Lifschitz, secundado por Fascendini y la fórmula compuesta por el ex intendente de Santa Fe, el radical Mario Barletta, secundado por Eugenio Malaponte. Su principal competidor es el PRO, cuyo binomio estará compuesto por el actual diputado nacional Miguel Torres del Sel y el concejal radical Jorge Boasso. La tercera fórmula que intentará terciar en esta competencia es la del Frente para la Victoria, integrada por el actual diputado nacional y ex intendente de Rafaela, Omar Perotti y el funcionario nacional y ex intendente de Granadero Baigorria Alejandro Ramos. Al Frente para la Victoria le costó muchísimo consagrar esta fórmula por consenso, sobre todo luego de la renuncia de María Eugenia Bielsa, quien finalmente se sacó la máscara y puso al descubierto su genuino rostro.
Según lo indican las encuestas, hoy por hoy los principales contendientes son Del Sel y Lifschitz, con ventaja para el ex Midachi. Cabe consignar que no es ninguna novedad la alta intención de voto de Del Sel ya que cuatro años atrás estuvo muy cerca de ganarle a Bonfatti en unos comicios donde hubo algunas irregularidades (caída del sistema, para ser más precisos). Incluso corrió el rumor de que el ex Midachi ganó la elección pero ante el miedo escénico que se habría apoderado de él, luego de arduas negociaciones finalmente la gobernación continuó estando en poder del Frente Cívico y Social. La irrupción del binomio Perotti-Ramos es una buena noticia para el oficialismo ya que una buena elección del Frente para la Victoria no haría más que favorecer las chances electorales del Frente Cívico y Social. No por casualidad el propio Lifschitz dijo públicamente que dicha fórmula seguramente iba a resultar muy competitiva. El oficialismo reza para que el FPV le quite al PRO la cantidad de votos suficientes que le permitan consagrarse en primer lugar.
En la ciudad de Rosario, gobernada por el socialismo desde 1989, la actual intendenta Mónica Fein intentará la reelección. Claro que antes, en las PASO, deberá revalidar títulos compitiendo con Pablo Javkin, de la Coalición Cívica, quien rompió relaciones con Elisa Carrió. Por su parte, el PRO tendrá en Anita Martínez una fuerte competidora, capaz de hacer sudar al oficialismo. En el Frente para la Victoria se anotaron para la intendencia Roberto Sukerman, ligado a Norma López y Agustín Rossi, y Fernando Rosúa, del Movimiento Evita. El frente renovador (el massismo) pondrá en la cancha dos competidores: el periodista Alejandro Grandinetti y Gustavo Gerosa. De la competencia entre estas tres fuerzas políticas saldrá el nuevo intendente de Rosario. Todo parece indicar que, por ahora, las principales contendientes son Mónica Fein y Anita Martínez.
Mientras que en la ciudad pegada a Rosario, Villa Gobernador Gálvez, el oficialismo hará competir en las PASO al delfín del actual intendente Pedro González (quien encabezará la lista del FPV para concejales), Diego Garavano, y el farmacéutico Rodolfo Cavallieri, quien decidió desafiar a la estructura política del oficialismo, tarea nada sencilla por cierto.
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