24 noviembre, 2024

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Doble vara en el espacio público

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Ante la falta de respuestas a los problemas estructurales de la ciudad, tras más de 20 años de gobierno, a la violencia generalizada que sacude la provincia y el descontento creciente en la ciudadanía, el control, la persecución y el silenciamiento parece ser la vuelta de tuerca final a la que recurre el oficialismo para intentar recomponer su hegemonía cultural fracturada.

La Secretaria de Control y Convivencia Ciudadana, es una pieza clave. Creada hacia fines del 2013, cuando el Estado municipal empezó a hacer agua por todos lados, tiene a cargo la Guardia Urbana Municipal (GUM), Control Urbano, Inspección, Tránsito, el monitoreo del transporte y las cámaras de seguridad. No es casualidad que su actual secretario, Pablo Seghezzo, sea el funcionario con más visibilidad del municipio, y probable candidato a concejal por el oficialismo.

La clausura de espacios culturales durante todo el pasado año; la costosísima e inverosímil campaña de «Publicidad No Autorizada» (pegando fajas oficiales sobre afiches en lugares prohibidos, en una doble violación de la ordenanza, ésta vez a manos de la propia municipalidad); el vergonzoso papel de la GUM persiguiendo artistas callejeros, artesanos, vendedores ambulantes o militantes, con la realidad de violencia que vive nuestra ciudad y la falta de respuestas en materia de seguridad pública, son algunos ejemplos.

Recordemos las lamentables imágenes de las fajas de «Publicidad No Autorizada» sobre afiches que pedían Justicia para Jere, Mono y Patóm, como si la lucha contra la impunidad debiera pedir autorización, o de la GUM golpeando a un vendedor ambulante y deteniendo un titiritero en la peatonal, hacia fines del año pasado.

En la Rosario «cultural» y «turística» promocionar en el espacio público una obra de teatro, un recital, manifestar un reclamo social o difundir una propuesta política está prohibido. Sólo lo podes hacer si pagas en una cartelera.

El gobierno que se llena la boca hablando de democracia y participación ciudadana, censura mediante ordenanza y judicializa la militancia y las distintas expresiones sociales y culturales de la ciudad.

Paradojas de un «socialismo al revés» que socializa la falta de oportunidades, los aumentos de impuestos y los pésimos servicios públicos, mientras privatiza el espacio público y cuida los negocios de unos pocos. Crónica anunciada para un gobierno que eligió representar los bolsillos de los grandes emprendimientos comerciales y la especulación inmobiliaria, en vez de construir una ciudad con la voz y el protagonismo de todos, defendiendo el bien común y la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas.

La nueva ofensiva del Municipio forma parte de esta historia reciente. Perfil que sobreactúan más que nunca, frente al fracaso de la política de seguridad pública y en un año que es electoral, según deben aconsejar las agencias de marketing y consultoras que asesoran al oficialismo y el «coaching ontológico» personal de la Intendenta Mónica Fein.

Claro está, control hacia todos los que cuestionamos el actual proyecto económico, social y cultural que gobierna Rosario. Porque con los emprendimientos privados que violan el libre acceso a la costa del río » según lo establece el Código Civil vigente (Ley Nº 17.711, Arts. 2639 y 2640) ; pagan cánones irrisorios en función de la superficie ocupada; tienen habilitaciones vencidas y, en algunos casos, hasta CUIT caídos; deben millones al municipio de DReI (Derecho de Registro e Inspección); incumplen el uso público irrestricto de los baños, más allá de ser cliente o no, sancionado en la Ordenanza N 7.180/01 » donde se prevé, en caso de incumplimiento, multas y clausuras, tal como establece la modificación N 7.830/05 » con ellos, no pasa nada.

Ni que hablar de una tragedia como la del Parque de Diversiones, que se llevó la vida de dos hermanas, de 12 y 14 años, en agosto del 2013. Donde, en 10 años no hubo un sólo control por parte del municipio a los juegos mecánicos.

O sea, doble vara en el uso del espacio público. Para la mercantilización y los negocios de unos pocos: Vía libre e impunidad. Para las manifestaciones sociales, culturales y políticas críticas: prohibición y multas. Es más, doble vara de la doble vara. Porque la aplicación de la sanción varía según quien sea el que incumple.

 Sebastián Artola /*Candidato a concejal del Frente para la Victoria.

FUENTE:  ROSARIO 12