En una reunión con ministros y dirigentes de Pro, criticó a la UCR y se mostró proclive a un tándem con Michetti; la senadora participó del encuentro sin opinar
El almuerzo, en principio, iba a mantenerse en reserva. Pero la cantidad y calidad de los invitados a Bolívar hizo que la confidencialidad exigida se hiciera imposible.
Rodeado de ministros, funcionarios y aspirantes a distintos cargos, Mauricio Macri abrió ayer el debate sobre la fórmula presidencial que encabezará en octubre. La mayoría, como era de esperar, se pronunció en favor de una «fórmula propia» en la que el líder de Pro quiere a Gabriela Michetti. La senadora, presente en la reunión, no sentó posición, aunque nadie desconocía que su postura sigue siendo la de competir por la jefatura de gobierno en internas y contra Horacio Rodríguez Larreta.
Según contaron a LA NACION de los dirigentes presentes, nadie habló, por cierto, de la interna de la ciudad, salvo Jorge Macri, impensado aliado de Michetti. «Cuando hablamos del candidato a vice, es porque hay tensiones en la ciudad que se contraponen con lo nacional», dijo el intendente de Vicente López, sentado al lado de la senadora.
Antes, distintos dirigentes hicieron un encendido elogio de la «fórmula pura», entre ellos, el secretario de Gobierno, Marcos Peña, y el propio Larreta, para quien «el verdadero cambio» estaría representado con dos dirigentes de Pro en la fórmula. Las razones eran dos: el radicalismo no es «confiable» para un acuerdo presidencial, y una fórmula presidencial «pura» reforzaría la identidad Pro que quieren los votantes del macrismo.
Los escuchaban ministros como la vicejefa María Eugenia Vidal, Esteban Bullrich (Educación) y Hernán Lombardi (Cultura); dirigentes del interior como Héctor Baldassi (Córdoba), Alfredo de Angeli (Entre Ríos); Eduardo Cáceres (San Juan) y Guillermo Durán Cornejo; el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, y los legisladores Diego Santilli (también precandidato a jefe de gobierno) y Patricia Bullrich, entre muchos otros.
Como contrapartida, Pinedo y Lombardi pidieron «reconsiderar la posibilidad de ir con un vice radical», porque «la gobernabilidad podría ser difícil» luego de un eventual triunfo de Macri.
Las declaraciones de ambos dirigentes, cercanos a Michetti, no fueron casualidad: un rato antes, Pinedo había dicho en declaraciones radiales que, para él, la solución al problema de la Capital serían «internas limpias» entre Michetti y Larreta. «Habló como si fuésemos el PJ de La Matanza», lo criticó un dirigente de Pro que no participó de la reunión, hoy alineado con Larreta.
Al final del almuerzo, y cuando todos dijeron lo suyo, Macri dijo que estaba «tranquilo» porque podía pensar en «un proyecto propio». Reiteró que no habrá acuerdo con Sergio Massa, aunque dejó una puerta abierta para negociar ir a una interna presidencial con la UCR, encarnada en Ernesto Sanz, y la líder de la CC-ARI, Elisa Carrió.
«¿Ésta es la última reunión que tenemos? Porque a mí me gustaría seguir el debate», dijo Michetti cuando todos se preparaban para irse. El jefe de gobierno, que le hizo bromas desde que llegó, le prometió «seguir el debate» la semana que viene.
A pesar del silencio de su jefe, distintos larretistas opinaron que la reunión habla, a las claras, de una decisión que parece tomada. «Larreta va de candidato en la ciudad», se entusiasmaron. Aunque para las definiciones, según Macri, «hay veinte días más».
Fuente: Diario “La Nación”
Por: Jaime Rosemberg
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